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Inspección de bidones vacíos

El sistema de inspección de bidones de agua reutilizables es un dispositivo muy sofisticado, diseñado para garantizar la máxima calidad y seguridad de los envases destinados a su reutilización.

Al tratarse de contenedores de retorno, es necesario comprobar que no han sido utilizados de forma inadecuada y que en su interior no se encuentran residuos, químicos o biológicos, evitando así la contaminación del agua en la posterior fase de llenado y salvaguardando la salud de los consumidores.

Además, los bidones que no se controlan correctamente también podrían no estar intactos desde el punto de vista estructural; es decir, podrían presentar roturas o microagujeros que provocarían fugas una vez rellenados, generando molestias y mayores costos de reposición y mantenimiento.

El proceso de inspección comienza con una prueba de fuga midiendo la caída de presión, aplicando una presión controlada y monitoreando su mantenimiento. Esta técnica consigue asegurar que el recipiente no tenga microfisuras ni puntos débiles que puedan provocar fugas de agua. Esto evita distribuir bidones de agua no conformes, que podrían causar daños durante el llenado, el transporte o a los dispositivos de dispensación en las instalaciones del cliente.

Inmediatamente después, el sistema aspira el aire presente en los bidones. Sensores especiales, sensibles a los compuestos olorosos, detectan rápidamente la presencia de trazas, residuos o incluso simplemente olores de sustancias nocivas como: disolventes, hidrocarburos, amoniaco, olores sulfurosos, olores alimentarios, detergentes, etc.

Los sensores están colocados en la campana de inspección que aísla el cuello de cada garrafón y, gracias a esta medición, permiten alcanzar niveles muy altos de sensibilidad incluso hasta los más mínimos rastros de contaminantes, garantizando así que el agua que llenará los envases es pura y segura para el consumo.

El sistema inspecciona ocho bidones por ciclo: durante la inspección, los siguientes ocho contenedores ingresan a la máquina, creando un buffer constante. Los ocho elementos salen de la cámara de inspección y los siguientes entran al mismo tiempo, creando así un ciclo continuo que no ralentiza la línea. Un sistema de expulsión posterior garantiza que sólo los bidones que cumplan las normas avancen hacia la fase de llenado.

Este sistema automatizado aumenta la eficiencia operativa al reducir el tiempo y los costos asociados con controles manuales y potencialmente erróneos.

  • Detección de contaminantes (hidrocarburos/gases olorosos) en el interior de los bidones
  • Verificación de integridad física (agujeros o roturas que provocan fugas)
  • Rastreador de alta sensibilidad para sustancias volátiles y residuos químicos o biológicos
  • Control de estanqueidad mediante caída de presión
  • Inspección de ciclo rápido y continuo con cobertura constante
  • Diseño higiénico, estructura lavable
  • Interfaz amigable
  • Configuración rápida de nuevos formatos
  • Estadísticas e historial de producción
  • Historial de alarmas y eventos
  • Diagnósticos, parámetros y señales de E/S
  • Previene reclamaciones del mercado
  • Monitorea el 100% de la producción a velocidad de línea.
  • Elimina de la línea los contenedores no conformes, evitando desperdiciar agua para llenarlos
  • Evita producir bidones con fugas, protegiendo los sistemas agua abajo, los medios de transporte y los dispositivos de dispensación en las instalaciones del cliente.
  • EMPTY JUG INSPECTION